07 julio 2014

CAMÍ DE QUART



Perdonen que no me levante. Ya me ven. No puedo decirles mi nombre, ni mi edad ni la fecha de mi muerte. Vivo aquí, en el Museo de L’Almoina de Valencia. Quizá fui un soldado romano de origen itálico, retirado y asentado en esta tierra como pago a mis servicios militares. Quizás perdiera la vida en el 75 aC., en las guerras sertorianas que destruyeron el asentamiento fundado 138 años antes de nacer Cristo; o pudo ser mucho después, porque esta ciudad y esta tierra ha estado habitada al menos hace dos milenios, casi de manera ininterrumpida.

La ciudad de Valencia en las diferentes épocas

Fuera cuando fuera mi muerte, quiero hablarles de un camino que desde este mismo lugar lleva hacia poniente. Un camino que yo mismo pude recorrer. 


El tiempo transcurrido lo ha cambiado todo, salvo el trayecto hacia un lugar, a cuatro millas, en el que un modesto paso permite salvar el río hacia el norte.
No se ofendan, pero llegará el día en el que también ustedes estarán muertos. Y entonces, posiblemente nadie recordará su nombre, ni los motivos de su vida.
Antes de que eso suceda les propongo un pequeño paseo por la Historia, que en un sentido o en otro, recorre la calle Caballeros, Quart, San José de la Montaña, Castán Tobeñas, pasa por la Cruz de Mislata, y las calles Valencia y Mayor, para por la partida de l’Alitrá, junto al Hospital Militar, encarar ya en Quart la avenida del Antic Regne, y desembocar en la Plaza Valldecabres, donde casi con seguridad se hallaba la piedra que indicaba la cuarta milla de ese camino. 



No les prometo la inmortalidad, pero sí un agradable paseo de apenas 6 kilómetros.