27 enero 2025

Más de cien años.

Extracto de mi intervención en el acto del pasado 24 de enero de 2025, a propósito de mi autoría del texto de "Más de cien años. Historia de la Agrupación Socialista de Quart de Poblet (1979-2023)", editado por la Agrupación Socialista de Quart de Poblet:





"HUBO UN TIEMPO EN EL QUE LA HISTORIA LA ESCRIBÍAN LOS VENCEDORES.

Los vencedores de la guerra que ellos habían iniciado. 

Los vencedores de la guerra escribían la historia y lo escribían todo: las leyes, las depuraciones, las sentencias de prisión y de muerte. 

Los vencidos estaban obligados al silencio y la clase trabajadora apenas sabíamos leer y escribir.

España era "Una, Grande, y Libre". 

España era "Una" porque solo había un dictador, solo un partido, solo un dios, solo una identidad nacional, solo una lengua, solo una manera de querer, solo un género predominante, y en definitiva solo una manera de ser, que era la que ellos imponían

España era "Grande" por el tamaño de los beneficios empresariales después de prohibirse los sindicatos de clase, grande por la corrupción de un régimen cruel e irracional, grande por el hambre y la miseria de la gran mayoría. 

Y España era "Libre" por negar todos y cada uno de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

España era especialmente libre para las mujeres, que necesitaban incluso autorización de los hombres para trabajar fuera de casa o abrir una cuenta corriente. 

Quien hoy prefiera o comulgue con aquel tiempo de la España "Una, Grande y Libre", o lo hace por ignorancia, o por pereza mental, o lo que es peor por avaricia y falta de humanidad.





HUBO UN TIEMPO EN EL QUE LOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA ERAN LOS GRANDES PERSONAJES, QUE CASI SIEMPRE ERAN HOMBRES. 

Las pirámides se construían por los faraones, 

los imperios por los emperadores, 

y los generales ganaban las batallas en las que morían miles o decenas de miles de soldados, sin que ello les importara

A los arqueólogos les interesaba más un tesoro enterrado que la fosa común con cientos de muertos por el hambre y la enfermedad.


HUBO UN TIEMPO EN EL QUE SE PENSABA QUE LA HISTORIA DEBÍA MIRAR LOS GRANDES ESCENARIOS, 

despreciando el ámbito más cercano, el local, y la interacción de este con su contexto.


HUBO UN TIEMPO EN EL QUE SE DECÍA QUE LA HISTORIA ERA CUESTIÓN DE OPINIONES, pero que curiosamente siempre coincidían con las del poder establecido. Hubo un tiempo en el que la historia se construía con relatos interesados y leyendas engañosas.


HUBO UN TIEMPO EN EL QUE A LA HISTORIA SE LE NEGABA UN MÉTODO CIENTIFICO DE CONOCIMIENTO para intentar evitar que se pudiera demostrar que el progreso de nuestra especie hacia la humanidad, hacia los derechos y las libertades es una constante en la Historia, y es imparable, siempre que haya personas que así hagan que lo sea.


HUBO UN TIEMPO MÁS RECIENTE, 

en el que precisamente se inicia este libro, en el que algunas personas, vencidos e hijos de vencidos, pero también algunos vencedores, arriesgaron su trabajo cuando el sindicalismo libre y de clase estaba prohibido, arriesgaban su libertad cuando se reunían o manifestaban, y arriesgaban incluso su vida solo por reclamar derechos y libertades, que son humanamente irrenunciables. 


Gracias a esas personas, anónimas y comunes, gracias a ellas, los hijos de la clase trabajadora, además de saber leer y escribir conocimos los libros de los maestros, y pudimos ir a la Universidad, para hoy poder hacer una historia que es social, que es de todos, que es científica, que atiende lo local para explicar los grandes escenarios, que considera protagonistas a las personas comunes, a todas las personas, hombres y mujeres, que explica el presente en función del pasado, y con el objeto, como decía el maestro Josep Fontana, de construir el futuro.


Pero quien crea que hemos llegado a la meta se equivoca mucho. La democracia es un estado político que requiere atención constante: cuidados, mantenimiento y mejora 





Este libro habla de la militancia socialista de Quart de Poblet, 

y de su interacción con la comunidad y el país en el que vive. 

Se ha construido considerando los testimonios de los protagonistas, que han sido estos pero podrían ser otros. 

Este libro tiene muchos nombres y seguramente faltan muchos más, me disculpo por ello, aunque digo en mi descargo que "el coneiximent de la Història no s'acaba mai".





Lo mejor que puedo decir hoy está aquí escrito. 

Os recomiendo la lectura.

Muchas Gracias".


(Pedro Gascón)

16 marzo 2022

HABLANDO DE FEDERICA MONTSENY EN QUART DE POBLET

El pasado 7 de marzo 2022, colaboré en el acto de “Total Peace” en Quart de Poblet, contextualizando la proyección de la película “Frederica Montseny. La dona que parla” (Distinto Films. Dirigida por Laura Mañá -2021-) y dirigiendo el posterior debate. El resumen escrito de mi intervención ante representantes de Portugal, República Checa, Italia, Países Bajos y España del proyecto financiado por la Comisión Europea, y de vecinos y alumnos de bachillerato de la localidad, fue el siguiente:


Hubo un tiempo, ya muy lejano, en el que la gran mayoría de personas obtenía su sustento de trabajar por cuenta propia, casi siempre ajena, la tierra. Es difícil afirmar si entonces esas personas eran más o menos felices. Lo que es seguro es que no eran libres, no tenían casi derechos y no existía la democracia.


Después de ese tiempo vino otro, más cercano al nuestro, en el que la gran mayoría de personas obtenía su sustento de trabajar en fabricas, siempre por cuenta ajena. Esas personas eran libres para trabajar en un lugar o en otro, pero tampoco tenían derechos, ni justicia social ni democracia.

Fue en ese contexto que los historiadores llaman “Revolución industrial” en el que surgieron movimientos sociales y políticos en favor de esa gran mayoría de personas, a la fuerza infelices, condenadas a obtener su sustento en condiciones impropias de la condición humana.


TRABAJADORES DE LA LADRILLERA DEL "NEGRET" (1930) Museu de Quart de Poblet.

La llamada “Primera Internacional” fue fundada en 1864 con el objeto de organizar políticamente a esas personas que durante toda la Historia han trabajado por muy poco para beneficio de otros, y que primero fueron esclavos, luego vasallos y en este tiempo de la segunda mitad del siglo XIX proletariado. En la Primera Internacional coincidieron dos visiones ideológicas distintas: la que representaba Marx y Engels, que pretendían la conquista del poder del Estado para actuar en favor del proletariado, y la que representaba Bakunin, que aspiraba a una sociedad libremente asociada sin la existencia de un Estado. Socialistas los primeros y anarquistas los segundos disolvieron en 1876 la organización común, tomando caminos ideológicos y políticos distintos, en ocasiones, demasiadas, enfrentados.


KARL MARX (1818-1883)

Los seguidores de Marx y Engels, socialdemócratas, organizaron su Internacional (llamada “Segunda”) en 1889; los Anarquistas hicieron lo propio en 1922.


MIJAIL BAKUNIN (1814-1876)


En España los socialistas fundaron en 1879 el Partido Socialista Obrero Español y en 1888 el sindicato Unión General de Trabajadores. Los anarquistas fundaron el sindicato Confederación Nacional del Trabajo en 1910, y la Federación Anarquista Ibérica en 1927.


La trayectoria política de socialistas y anarquistas en España fue durante el último cuarto del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX distinta, y en ocasiones enfrentada. Los socialistas lucharon por la obtención del poder político al mismo tiempo que por la conquista sindical de mejoras laborales, y los anarquistas recurrían en ocasiones a la llamada “propaganda por los hechos”, a la violencia política que pretendía provocar una situación revolucionaria en la que hacer posible sus aspiraciones ideológicas. En cualquier caso, y en palabras del maestro Julián Casanova “el anarquismo, doctrina política y movimiento social, negación del Estado, defensa de la libertad y de la unión de los estratos sociales más desposeídos. Los fenómenos históricos son más complejos que las etiquetas políticas”.


La II República supuso para los socialistas la obtención de ese poder político con el que aspiraban transformar la realidad social, y para los anarquistas un marco de derechos y libertades en el que poder manifestar legalmente sus aspiraciones. La llegada al poder de la derecha en las elecciones de noviembre de 1933, las primeras con verdadero sufragio universal por reconocer el derecho al voto de las mujeres, supuso finalmente la radicalización socialista, que se manifestó en la Revolución de Octubre de 1934, reprimida militarmente, y que para las elecciones de febrero de 1936 propició una coalición de izquierda, el Frente Popular, que también apoyaron los anarquistas.


CARTEL ELECTORAL FRENTE POPULAR (1936). AUTOR: MARTÍ BAS


Pero será en el contexto del conflicto bélico que provocó el golpe de Estado de julio de 1936, cuando los socialistas, reacios a participar en los diferentes e inestables gobiernos formados desde febrero, asumen en septiembre la Presidencia del Gobierno con el izquierdista Francisco Largo Caballero, que a principios de noviembre integra a varios anarquistas en su gobierno, entre ellos, como Ministra de Sanidad, a Federica Montseny, como reflejo obligado y necesario de la unidad electoral manifestada en el Frente Popular de febrero de 1936.


CARTEL POSTERIOR AL GOLPE DE ESTADO DEL 18 DE JULIO. AUTOR: JAUME SOLÁ


Lo sucedido en España en ese tiempo se enmarca perfectamente en el contexto internacional del llamado periodo de entreguerras: el establecimiento de la dictadura estalinista en la URSS; el auge del nazi fascismo y la timorata “política de apaciguamiento” de las democracias liberales occidentales. Precisamente en ese contexto, ante el decidido apoyo nazi-fascista a los sublevados en España, y el abandono “no intervencionista” de las democracias europeas, la ayuda soviética resultó fundamental y determinante para la hegemonía del Partido Comunista de España, hasta entonces prácticamente irrelevante. Será esa preponderancia comunista (estalinista) la que después de los enfrentamientos de mayo de 1937 provoque la caída de Largo Caballero y su gobierno de unidad que incluía, quizá a pesar de todos, a los anarquistas.


La derrota militar de la II República reunirá de nuevos a los antifascistas (socialistas, anarquistas, estalinistas, trotskistas, republicanos..), en el exilio, en la cárcel o delante del pelotón de fusilamiento. Los primeros años de victoria nazi durante la II Guerra Mundial son parte de la misma dramática secuencia vivida ya en la Guerra de España, en la invasión de Checoslovaquia, de China o Abisinia. En la colaboradora Francia de Vichy, deshonrada de sus emblemáticos ideales por Petain y sus partidarios, se reencontraran Frederica Montseny y Francisco Largo Caballero, en circunstancias tan trascendentales como las que vivieron Bakunin y Marx, pero viendo aún más cerca al enemigo común.


La Historia no se puede cambiar, pero el futuro sí.




Pedro Gascón.

Historiador.

20 febrero 2022

NOUS NOMS DE LA VIOLÈNCIA POLÍTICA A QUART DE POBLET (1936-1942)







El passat 25 de gener escrivia en MEMÒRIA DE QUART de l'última publicació de Vicent Gavarda (2020) i dels dos noms que s'afigen en relació a Quart de Poblet:

Juan Monzó Aullana, obrer, fadrí, va morir el 15 de novembre de 1939 als 45 anys a la Presó Model de València, en la qual en inhumanes condicions estava pres. La seua relació amb Quart de Poblet, que segurament ve referida en l'acta de defunció, no apareix justificada documentalment per Gabarda. En “El genocidi franquista a València: les fosses silenciades del cementeri” (Fòrum per la Memòria del P.V. -2008-, pàgina 3549) s'indica que va ser soterrat en fossa comuna (“Quadre 4, Fila 10, Lletra O, Lloc 4”) del Cementeri General de València el 17 de novembre de 1939, sense taüt, sent la causa de la seua mort “Pneumònia”. Juan Monzó Aullana no està registrat en el Portal “Víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo” del Ministeri de Cultura, ni en cap altre arxiu d'accés telemàtic. L'1 de setembre de 2019 el periòdic “Levante-EMV” va publicar notícia relacionada amb la germana de Juan, Nieves Monzó Aullana, dona de Francisco Sanz Herraez, afusellat pel règim franquista el 13 de juliol de 1940 a Paterna, i les restes del qual van ser identificats en la Fossa 127 per la correspondència trobada en una butxaca de la jaqueta de la víctima.

José Monzó Ros, llaurador, fadrí, va morir amb 28 anys el 9 de maig de 1940 a la Presó Model de València. Es desconeix com en el cas anterior el motiu pel qual Vicent Gavarda el relaciona amb Quart de Poblet, i encara que no té registre en el Portal citat el seu nom apareix en el Sumari 16311 de 1939 instruït per la Justícia Militar (Archivo General e Histórico de Defensa), al costat del d'altres veïns de Bonrepòs i Mirambell.

S'ha de considerar als citats com a víctimes mortals de la repressió franquista pel fet d'estar empresonats en el moment de la seua defunció (“per causes naturals”), en condicions de insalubritat extremes, per la causa política que el règim emparentat amb el nazi-feixisme va procurar de manera conscient, organitzada i sistemàtica per l'eliminació de l'oponent polític. Però la seua relació amb la història que ens ocupa, la de Quart de Poblet, ha d'investigar-se per a millor coneixement i memòria del referit per Vicent Gavarda.

Els noms de les víctimes de la violència política generada pel colp militar contra el poder democràtic legalment instituït, la Guerra i la posterior repressió institucional dels vencedors, són segons diferents autors, investigacions i obres en relació a Quart de Poblet, les següents:

-Víctimes mortals de la violència “revolucionària” en la rereguarda republicana: Evaristo Perdido Grande, Gerardo Paadín Estrella, Crescencio Rodilla Patrocinio y Juan Bautista Valldecabres Rodrigo.

-Víctimes mortals del conflicte bèl·lic: Vicente Mirapeix Sanmartín, Onofre Montesa Aliaga, Onofre Fita Monzó, Juan Martínez, Onofre Vento, Miguel Lozano Palés, Isidro Coll, Pascual Ricart, José Monzó Palés, Carmelo Peñalvert Bernat, José Peris Puchades, Claudio Ferrer, José Siruana, Claudio Años, José Zarzo, Onofre Coll, Arturo Manzano, Onofre Aliaga, Onofre Cristofol Valldecabres, Ignacio de la Guía, Rafael Gimeno, Andrés Zarzo, Feliz (a) el de la Fernanda, José Albalat Civera, Juan Sánchez Ripoll, Juan Rios Cherta.

-Víctimes mortals de la repressió institucional franquista: José Giner Navarro, Sandalio López Giménez, Antonio Monzó Fita, Pascual Monzó Real, Ramón Pla Sanz, Onofre Sanmartín Valldecabres, Ángel Sanmartín Vento, Manuel Soler Gómez, Francisco Soriano Martínez, José Conesa Ortega, Onofre Soler Juan, Miguel Zahonero Sánchez, Ángel Torres Tolosa y Emilio Valldecabres Malrás.

-Víctimes mortes per “causes naturals” a la presó: José Monzó Aullana y José Monzó Ros.

A la relació de víctimes mortals se li sumen quasi un centenar de persones, condemnades a penes de presó o desterrament, depurades de les seues ocupacions, investigades, encausades o assenyalades per la seua adscripció política, ocupació o servei al poder legalment establit de la II República.

La construcció d'una memòria històrica democràtica, de la qual hem escrit repetidament en MEMÒRIA DE QUART, i sobre el significat de la qual, ús i valor abundarem en un pròxim lliurament, és una tasca col·lectiva que a més de lleis requereix voluntat i iniciatives, també i fonamentalment, en l'àmbit local que ens ocupa, el més pròxim i rellevant per a la ciutadania. 

Per això, la meua proposta com a historiador i activista de la memòria de Quart de Poblet és la creació d'un Arxiu local de la memòria de les víctimes de la violència política, que promoga la investigació i la difusió de la història de les persones que en absència de democràcia, dels seus drets inalienables, van patir la violència política: un xicotet pas fonamental per a la cultura democràtica que impedisca la repetició dels horrors i les injustícies que van patir els que ens van precedir.



Pedro Gascón.

Historiador

12 febrero 2022

HISTÒRIA. OFICI O FUNCIÓ SOCIAL?

Recorde haver llegit amb molt d'interés en la Facultat “El oficio de historiador” d'Enrique Moradielos (1994), i encara amb més entusiasme, tant la “Historia popular y teoría socialista” dirigida per Raphael Samuel (1984), com la “Historia. Análisis del pasado y proyecto social” de Josep Fontana (1982). De l'ensenyament d'aquests últims vaig aprendre el concepte de la “funció social” del coneixement de la història, en la qual tantes vegades he manifestat militar. El meu primer exercici com a historiador compromés amb el referit va ser un article d'opinió publicat en “Levante-EMV” el 18 de juliol de 2004, amb el títol “El día que nunca tuvimos”, que tractava del dret a la memòria dels republicans espanyols que mai van tindre un dia de la victòria com el que els vencedors de la II Guerra Mundial celebren de manera solemne.

En els quasi vint anys transcorreguts des la primera desinteressada col·laboració he exercit profusament la funció social de l'historiador sense més retribució que l'obtinguda en dos premis (un aexequo) convocats (i publicats) per l'Ajuntament de Quart de Poblet. Reconec la meua satisfacció per l'extens currículum acumulat, i agraïsc sincerament les invitacions i oportunitats que ho han fet possible. Però amb la certesa dels deures fets crec que ja toca valorar i repensar el compromís voluntària i gustosament adquirit, en favor d'una millor consideració d'un ofici, o d'una funció social que si bé no pretenc cobrar, tampoc puc realitzar debades.

Parle de les col·laboracions, accions, investigacions, conferències o entrevistes en favor de tercers, privats o públics, que obtenen rèdit econòmic o polític del treball que realitze desinteressadament. El percentatge d'ocupabilitat dels llicenciats, graduats o doctors en Història és ínfim comparat amb el d'altres professionals del coneixement científic o tècnic, perquè cap institució demandaria a un arquitecte o un electricista una col·laboració desinteressada, un treball no remunerat. Si els historiadors no disposen de possibilitats per a obtindre del seu ofici, o de la seua funció social, el necessari manteniment personal, el futur de la disciplina i el seu exercici, tan vital o més per a la nostra espècie com unes altres socialment reconegudes, serà escàs o nul.

Sense Història, sense el seu coneixement públic i el seu ús social, serem segons referia metafòricament Ortega en “La rebelión de las masas” com els tigres que “es troben cada matí amb què han oblidat quasi tot el que han viscut el dia anterior, i el seu intel·lecte ha de treballar sobre un mínim material d'experiència”.

He col·laborat, exercint el meu ofici o la meua funció social, envoltat de persones retribuïdes, sens dubte molt merescudament, pensant a vegades, cada vegada amb major freqüència, que el regalat, com es diu en valencià, ni agraït ni pagat. Segurament el que manifest reduirà substancialment les propostes i ofertes de col·laboració, desinteressada, que puga rebre en el futur. Per sort obtinc el meu manteniment d'una ocupació sense cap relació amb la Història, i tinc molt satisfeta la vanitat. Triaré per tant les condicions amb les quals exerciré aquest ofici, o funció social, i contribuiré, en la meua molt modesta mesura, a la seua dignificació i futur. 

Dit queda i escrit està.



Pedro Gascón

Historiador.


25 enero 2022

Pràctica i teoria de la Memòria. El cas de Quart de Poblet. (1)






1. Anada i tornada a Vicent Gabarda.


El meu primer acte en favor de la memòria històrica va ser a la fi de 1985. A la Casa del Poble que compartien el PSOE, la UGT i les Joventuts Socialistes, davant d'una assemblea de militants, vaig llegir en públic el nom dels 43 veïns de Manises afusellats pel franquisme. El setmanari “El Temps” havia publicat el 25 de novembre un dossier que identificaba les 2.237 víctimes executades a Paterna, recollint la esforçada investigació de Vicent Gabarda. 


Vells militants resistents del franquisme més negre, i valents protagonistes de la Transició, i alguns joves nouvinguts a l'activitat política, vam guardar un solemne minut de silenci per a honrar la memòria de les victimes, i denunciar la injustícia patida a mans d'un règim antidemocràtic i cruel, emparentat, que no s’oblide. amb el nazi feixisme.


Al 1985 jo intentava compaginar ocupació i estudi del pla de 1973 de la Llicenciatura de Geografia i Història, que sumant militància sindical, Prestació Social Substitutòria, vaig abandonar per a reiniciar en els anys 90 del segle passat amb el nou pla de la Llicenciatura d'Història. Va ser quan vaig comprar “Els afusellaments al País Valencià (1938-1956)” de Vicent Gabarda, que en 1993 va publicar l'IVEI, i que completava la investigació que “El Temps” havia avançat en 1985. Puc dir que és el llibre més llegit, treballat i consultat de la meua biblioteca personal, i que a més va assenyalar l’eix principal del meu interés i treball com a estudiant primer i com a historiador (llicenciat en el 2000) després.


He exercit de manera activa i profitosa el que he definit com la “funció social de l'historiador” sense cap remuneració i em declare plenament satisfet del currículum obtingut, i molt agraït pel reconeixement rebut pel treball realitzat. Però amb la perspectiva que ofereixen els anys he de parlar del que personalment significa aparéixer citat en la bibliografia de l'últim llibre del Mestre (“El cost humà de la repressió al País Valencià (1936-1956)” que publica la Universitat de València (2020, i 2021 en la seua segona edició). A Vicent Gabarda el considere màxim referent, pel que toca a la investigació de l'objecte d'estudi que comunament es denomina “memòria històrica”, i pel que representa com a principi conceptual la publicació en 1996 de la seua obra “La repressió en la rereguarda republicana. País Valencià (1936-1939)”, i del que després parlarem. 

En 2020 Gabarda suma la relació de víctimes de les obres anteriors (1993 i 1996) per a referir per igual a les 19 víctimes de Quart de Poblet durant la guerra provocada pel colp d'estat del 18 de juliol, i el règim vencedor del conflicte. 






Però el fonamental en este moment de la redacció és assenyalar l’existència al llibre de Gabarda de dos nous noms a l'àmbit local (Quart de Poblet) en el qual he centrat la meua investigació: Juan Monzó Aullana i José Monzó Ros. D'ells parlaré en el següent capítol.





Pedro Gascón

Historiador

03 octubre 2020

 

EL COMITÉ REVOLUCIONARIO DE QUART DE POBLET (1936-1937)


Atendiendo la enseñanza de Karl Marx que afirma que “dejar el error sin refutación equivale a estimular la inmoralidad intelectual”, es obligación del historiador rebatir la interesada creencia de que la llamada “Guerra Civil” es la consecuencia natural del particular conflicto social y político español en los años 30 del siglo pasado, y que la represión franquista posterior impartió la justicia merecida por los crímenes cometidos. 

No, el enfrentamiento bélico fue provocado por el golpe de estado militar contra el orden constitucional legalmente establecido, y además, debe enmarcarse en su faceta civil en el conflicto general entre la democracia y el totalitarismo del periodo de entreguerras. Y no, la represión no pretendía justicia sino más bien al contrario utilizar esta con fines políticos.

La injustificable violencia política sufrida en el segundo trimestre de 1936 en Quart de Poblet, fue en su mayor parte atribuida por la represión institucional franquista, sin presunción de inocencia ni garantías procesales, a los miembros del Comité Revolucionario que fueron en su mayoría condenados a la máxima pena.

La razón de ser de los Comités Revolucionarios, vino dada por el fracaso en buena parte de España del golpe de Estado de julio de 1936. Fracaso que fue posible gracias a la respuesta popular y a la organización de milicias armadas, que frente a la debilidad y relativa inacción gubernamental, fueron capaces de sofocar la sublevación militar y neutralizar los apoyos que la acompañaba. La fuerza de los hechos protagonizados por organizaciones obreras, pero también por grupos e individuos desorganizados, sobrepasaron el poder legalmente constituido y provocaron una situación revolucionaria en la que grupos incontrolados ejercieron la violencia política contra todo aquel que consideraban faccioso o simplemente contrario a sus intereses.

En ese contexto de ausencia o debilidad del poder institucional, cuya causa primera es el golpe de Estado, y que pudo superarse a principios de 1937, se produjo el asesinato de cuatro vecinos de Quart de Poblet Gabarda 1996): Evaristo Perdido Grande y Juan Bautista Valldecabres Rodrigo en agosto; Gerardo Paadín Estela y Crescencio Rodilla Patrocinio en noviembre de 1936 fueron víctimas de una inhumana y falsa “justicia popular”, tan anónima como injustificable, y que casi tres años después la justicia del franquismo victorioso imputó a los vencidos de la guerra. Especialmente a los miembros del Comité Revolucionario que en ese segundo semestre de 1936 protagonizó el poder local en Quart de Poblet.



El 21 de julio de 1939, ciento treinta y dos días despues de proclamarse el fin del conflicto bélico por los sublevados en julio de 1936, en el conocido como “Paredón de España”, nueve vecinos de Quart de Poblet fueron fusilados cumpliendo sentencia de la justicia militar franquista, que los condenó en un juicio rápido, y sin ninguna garantía procesal. No, no fueron asesinados por personas desconocidas, ni en un lugar oculto, ni en una disputa personal ni en el campo de batalla. Fueron asesinados en tiempo de “paz” por un Estado impuesto por la fuerza de las armas. Ángel Sanmartín Vento, José Giner Navarro, Francisco Soriano Martínez, Antonio Monzó Fita, Ramón Pla Sanz, Pascual Monzó Real, Manuel Soler Gómez y Sandalio López Giménez eran miembros del Comité Revolucionario de Quart de Poblet.

En documento contenido en el “Ramo separado de Quart de Poblet” de la Causa General se relacionan con fecha 4 de agosto de 1942 los miembros de dicho Comité, que además de los citados estuvo compuesto por José Juan Bravo (procesado), Matias Sanmartín Chacón (en paradero desconocido), Miguel Monzó Espinós, José Chaparro Espinós (encarcelado), Ángel Martínez Solaz, Manuel Navarro Fortea, Teófilo Bella Martínez (encarcelado), y Onofre Coll Ramírez (fallecido).



El Comité Revolucionario de Quart de Poblet fue la manifestación local de un fenómeno común en el ámbito del País Valenciano, y en general de la zona donde no triunfó la sublevación. Y responde a la ya citada debilidad política e institucional que se enfrenta a la sublevación. Debilidad, constitucionalmente legítima en democracia, cuyo origen puede situarse ya en las elecciones de febrero de 1936, donde la coalición del Frente Popular (Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE, PCE, POUM, la UGT y la CNT) derrota a la derechista del Frente Nacional, pero es incapaz de formar un gobierno reflejo de todas las fuerzas que lo formaron a principios de 1936. La oposición del ala más izquierdista del Partido Socialista, radicalizada durante el bienio de gobierno derechista, y liderada fundamentalmente por Francisco Largo Caballero, impide la participación de la izquierda en los diferentes y debilitados gobiernos que desde finales de febrero hasta septiembre de 1936 solo integran los republicanos. 

Es ese contexto de inestabilidad política se produce la sublevación militar contra el orden constitucional vigente, mientras en el PSOE y la UGT moderados y radicales dirimen sus diferencias, en ocasiones incluso de manera violenta, los anarquistas manifiestan su variada heterodoxia ideologica, o el PCE obedeciendo las consignas de Moscú abandona su radical rechazo a la socialdemocracia. Desde principios de mayo a principios de septiembre, incluso mediando el golpe de Estado se suceden en la presidencia del Consejo de Ministros los republicanos Augusto Barcía, Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrio y José Giral. Será el gobierno presidido por el socialista Francisco Largo Caballero el que integrando a su propio partido, al PCE, a ERC y al PNV el 4 de septiembre, e incluso a la CNT el 4 de noviembre, intente recuperar el poder y las formas de Estado, organice el Ejército Popular para sustituir a las milicias, y en definitiva reduzca a su mínima expresión la violencia política “revolucionaria”. Las controversias políticas e ideológicas de las diferentes fuerzas, y de la suya propia, forzarán no obstante su relevo en mayo de 1937 después de los enfrentamientos entre anarquistas y comunistas.

La irrupción del Comité Revolucionario, en Quart de Poblet y en general en la zona republicana, responde pues a la situación de caos político y vacío institucional provocado por el golpe de Estado, y no necesariamente a divergencias partidistas o ideológicas concretas aunque sin duda existieron y se manifestaron. Los miembros del Comité Revolucionario de Quart de Poblet, como en general sus homólogos en la zona republicana, eran militantes del PSOE, del PCE, la UGT, la CNT o incluso de Izquierda Republicana, y asumieron un poder político que inmersos en el conflicto armado no creyeron mantener según las formas democráticas anteriores a la sublevación, y sin excluir a los no integrantes del Frente Popular. El ejercicio de ese poder, en ausencia del establecido, se manifestara simbólicamente, como relata Coll Ferrer instalándose “en los locales del cuartel de la Guardia Civil, una vez éstos lo hubieran desalojado” y armando para la defensa local a milicianos que “percibían 10 pesetas de sueldo diario por prestar servicio a la población bajo las órdenes del Comité y el Ayuntamiento” (pag. 144). El Comité Revolucionario local convive no obstante con el gobierno municipal, que aunque según Moreno y Olmos (pag. 34) es disuelto en favor del Comité despues del 18 de julio de 1936, se recompone según su propio estudio como “Alcaldía Popular” y como tal ya se reúne en sesión extraordinaria el 30 de ese mismo mes. El alcalde republicano Salvador Vila Vilar permanece en su cargo hasta el 8 de octubre de 1936, y le sustituye primero Miguel Espinós Forriols (miembro del Comité Revolucionario) y posteriormente José Guzman Segarra. El 6 de noviembre se reorganizará el ayuntamiento y a principios de febrero del 37 se constituye cumpliendo el decreto del Gobierno el Consejo Municipal.

Es a principios de enero de 1937, como refiere Aurora Bosch (pag. 70) cuando desaparece el Comité Ejecutivo Popular de Valencia y se aplican en el ámbito del País Valenciano “los primeros decretos de disolución de los Comités locales del Frente Popular y su sustitución por los Consejos Municipales presididos por el alcalde”.

De los doce vecinos de Quart de Poblet que Gabarda (1993) relaciona como asesinados por la represión institucional franquista, ocho fueron miembros del Comité Revolucionario. El estudio de los sumarios realizado a instancias de la Comisión Municipal de Memoria Histórica en el Archivo General e Histórico de Defensa en Madrid, en absoluto demuestra que fueran los instigadores o responsables de los asesinatos cometidos durante el último cuatrimestre de 1936. El objetivo fundamental de la represión franquista, de un régimen emparentado con el nazi-fascismo, no era impartir justicia, sino eliminar al contrario político.

Es necesario recordar para comprender lo dicho que en el mundo occidental posterior a la Gran Guerra de 1914-1918 las libertades políticas no estuvieron acompañadas de avances sociales y económicos para las clases mas desfavorecidas. En el contexto de la crisis del capitalismo especulativo de 1929, y en ausencia de un estado social que amortiguara las insoportables dificultades de las clases trabajadoras, las opciones revolucionarias, incluso totalitarias, eran en ocasiones la única posibilidad factible de cambio, y el nazi-fascismo fue la reacción extrema de las clases dominantes para defender sus intereses y privilegios. 

En “Historia de los Vencidos” aporto sobre los miembros del Comité Revolucionario de Quart de Poblet  los siguientes datos:

AGUADO VICTORIA, Luis. Dirigente del Partido Comunista. Miembro del Comité Revolucionario. Practicante en el Sanatorio de San Onofre. En abril de 1941 se encuentra en paradero desconocido. Según se indica en Causa General fue cónsul de España en Marruecos. Incluido en Fichero de Criminalidad. Referido en el Portal “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”. En el blog http://archivosquartdepoblet.blogspot.com/2015/ los estudiosos de la historia local Javier González y Sergio López aportan datos y documentación sobre el referido.

BELLA MARTINEZ, Teófilo. Dirigente del Comité Ejecutivo y concejal del Partido Comunista de Quart de Poblet. Concejal del Partido Comunista en el Ayuntamiento desde el 11 de febrero de 1937. Miembro y Presidente del Comité Revolucionario. Referido en la Causa General. Incluido en Fichero de Criminalidad. Referido en el Portal de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”. En http://quartdepoblethistoria.blogspot.com/2017/09/derecho-de-memoria-teofilo-bella.html el autor aporta datos sobre el referido.

CHAPARRO ESPINÓS, José. Miembro de Izquierda Republicana y de la CNT. Miembro del Comité Revolucionario. Miliciano. Se integra en la columna “Pablo Iglesias” y en la División de Fuerzas Blindadas con rango de sargento. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a 20 años de prisión. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

COLL RAMÍREZ, Onofre. Miembro del Comité Revolucionario. Referido en la Causa General como fallecido. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

GINER NAVARRO, José. Militante de UGT y de JSU. Jornalero. Secretario del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 30 años. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

JUAN BRAVO, José. Comunista. Presidente del Comité Revolucionario. Referido en Causa General. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a 12 años de prisión. Encarcelado de la Prisión de Nuestra Señora del Puig. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

LÓPEZ JIMÉNEZ, Sandalio. Miembro de Izquierda Republicana. Industrial. Secretario del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 38 años. Incluido en Fichero de Criminalidad. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

MARTÍNEZ SOLER, Ángel. Miembro del Comité Revolucionario. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

MONZÓ ESPINÓS, Miguel. Miembro del Comité Revolucionario. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

MONZÓ FITA, Antonio. Industrial. Miembro del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 35 años. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

MONZÓ REAL, Pascual. Socialista. Albañil. Vocal de la Agrupación Local del PSOE en 1923. Presidente del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 58 años. Incluido en Fichero de Criminalidad. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”. Tiene referencia en el Diccionario Biográfico del Socialismo Español de la Fundación Pablo Iglesias.

NAVARRO FORTEA, Manuel (“Nelo Arena”). Afiliado a UGT desde 1924 y a la CNT en 1930. Miembro del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a 20 años de prisión. Recluido en Prisión de San Miguel de los Reyes. Considerado sospechoso en Causa General. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

PLA SANZ, Ramón. Jornalero. Presidente del Comité Revolucionario. Miembro de Izquierda Republicana y de la CNT. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 52 años. Estaba casado. Incluido en Fichero de Criminalidad. Consta en el registro del Ministerio de Cultura de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”.

SANMARTIN CHACÓN, Matías (“Parentet”). Según publicó “EL POPULAR” (17/06/1932) representó a la delegación de JJ.SS de Quart de Poblet en la constitución de la Federación provincial de Juventudes Socialistas de Valencia. Miembro del Comité Revolucionario. Concejal del Ayuntamiento desde el 11 de febrero de 1937. Acusado en Causa General.

SANMARTÍN VENTO, Ángel (“El moro”). Militante de la CNT. Albañil. Miembro del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939, con 52 años. Incluido en Fichero de Criminalidad. Considerado sospechoso en Causa General.

SOLER GÓMEZ, Manuel. Socialista. Azulejero. Presidente del Comité Revolucionario. Miliciano. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 43 años. Consta en Fichero de Criminalidad. Tiene referencia en Portal de “Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo”. Tiene referencia en el Diccionario Biográfico del Socialismo Español de la Fundación Pablo Iglesias.

SORIANO MARTÍNEZ, Francisco. Miembro de UGT. Albañil. Miembro del Comité Revolucionario. Juzgado por la jurisdicción militar y condenado a muerte. Fusilado en Paterna el 21 de julio de 1939 con 52 años.



BIBLIOGRAFÍA

-BOSCH SÁNCHEZ, Aurora: “Ugetistas y libertarios. Guerra civil y Revolución en el País Valenciano, 1936-1939”. Institución Alfons el Magnànim (1983).

-COLL FERRER, Vicente: “Geografía, origen e historia de la muy leal y heroica villa de Quart de Poblet. Ajuntament de Quart de Poblet (1987).

-GABARDA CEBELLÁN, Vicent: “Els afusellaments al País Valencià 1938-1956”. Edicions Alfons el Magnànim (1993).

-GABARDA CEBELLÁN, Vicent. “La represión en la retaguardia republicana. País Valenciano, 1936-1939”. Edicions Alfons el Magnànim (1996).

-GASCÓN SANMARTÍN, Pedro: “Historia de los vencidos. Quart de Poblet 1918-1942”. Ajuntament de Quart de Poblet (2012 y 2018).

-MORENO, Andrea y OLMOS PAU: “Quart de Poblet. Un poble de la rereguarda 1936-1939”. Ajuntament de Quart de Poblet (2015)




Pedro Gascón.

Historiador.





06 marzo 2020

NOMS DE DONES DE QUART (8 de març 2020)




A propósito del 8 de marzo y su especial significado, en Memòria de Quart ya se han publicado otros años consideraciones y nombres que en este 2020 se deben reiterar, para honrar la memoria de mujeres, notables o anónimas, que además de patrimonio de la historia de Quart de Poblet, lo son de la del progreso en favor de la igualdad (sin la cual es inconcebible la libertad y la democracia).

Esta es una historia que posiblemente se pierde en el patriarcado neolítico pero que en nuestro caso, en MdQ, tiene su primer nombre en el de Axus, una vecina de principios del siglo XIV, que conocemos gracias a Rafael Valldecabres Rodrigo. Axus, una mujer de religión musulmana, viuda de Edam, fue juzgada y sentenciada a muerte por el cadí de Quart, Ali Abençor, que la condenó por adulterio y fornicación interpretando la Suna (compendio de leyes inspiradas en la tradición), y con el visto bueno del Baile General del Reino y su lugarteniente en la morería de Valencia. Fue un hombre cristiano, fray Ramón de Ripoll, mayoral de Quart, quien defendió la improcedencia de la condena de Axus, apelando a la viudedad que dejaba sin efecto el adulterio, y argumentando la vulneración jurisdiccional que la aplicación de dicha sentencia suponía para el poder territorial que él representaba. Su defensa admitía, como mal menor, que Axus “sólo” recibiera cien azotes. No era la iglesia cristiana a la que el mayoral pertenecía mucho menos opresiva y machista que el islam. Posiblemente la defensa que fray Ramón hizo de Axus respondía más a disputas feudales, que a razones de pura humanidad. Pero no negaremos su protagonismo, cuando el 28 de noviembre de 1310 reclamaba justicia, contando con el testimonio favorable de nuestros vecinos Bernat de Arenós, Blascho Pérez, Ramon Thomas y Simon de Montsó. 

La democracia ha sido un bien escasísimo en la Historia, y el yugo del patriarcado muy pesado incluso en esas contadas ocasiones en las que se han reconocido derechos y libertades fundamentales. Cuenta Coll Ferrer que durante la II República “la sociedad que formaban los ciudadanos de la Derecha era muy cerrada; las jóvenes estaban muy vigiladas y muy coartadas en sus manifestaciones, no había espontaneidad y vivían ocultando siempre sus deseos; no se expansionaban ni podían expresarse con libertad, como lo hacían las muchachas del sector republicano”. Añade no obstante Coll Ferrer que esas jóvenes “al salir del templo el domingo por la tarde (…), a escondidas y guardándose en el pecho el crucifijo que llevaban colgando al exterior para manifestar y hacer ostentación del campo en el que militaban, subían al Centro Izquierda Republicana para bailar con los jóvenes”. Es evidente por tanto que el marco de libertades instaurado por la II República no obligaba a bailar; simplemente a poder hacerlo si así se deseaba. Pero también significa que en ocasiones son los convencimientos propios los que determinan el ejercicio de las libertades, y no sólo el marco legal en el que pueden ejercerse.

A principios del siglo XX, en Quart de Poblet había poco más de una docena de empresas; entre ellas la Fábrica de la Seda, situada en principio en la calle de la Vega, donde trabajaban mujeres solteras. Pero según Cento Sancho “el quefers de les dones” eran principalmente “les faenes de casa”, mientras que para los hombres era el trabajo asalariado o por cuenta propia. No se trataba para las parejas de una simple división del trabajo; era también un estado de dependencia para la mujer, que sin ingresos propios veía limitadas sus posibilidades individuales. 

La II República reconoció en su Constitución el derecho al voto de las mujeres, instaurando el verdadero sufragio universal, que había sido reconocido por primera vez en Australia (1902), y legisló en mucha medida a favor de la igualdad, o al menos en contra de la discriminación legal, social y económica de la mujer. Blanca Viguer, según Coll Ferrer, fue quien precisamente el 14 de abril de 1931 “izó en el balcón del Ayuntamiento, la enseña de la República, dando vítores de alegría y alborozo”.

De ese tiempo de la II República ya se han señalado en MdQ algunos nombres de mujeres, que fueron después de la victoria por las armas del régimen franquista represaliadas. Afirmo como la Declaración de la Asamblea General de la ONU en 1946 que “en origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini”, y considero por tanto a las siguientes como víctimas de su violencia política: 
Asunción Borredá Ferrer, la primera mujer concejal del ayuntamiento, en agosto de 1938, y represaliada por el franquismo. Josefina García Gonzálvez, represaliada por el franquismo y condenada a 30 años de prisión por “Auxilio a la Rebelión”. Dolores Juan Torres, represaliada por el franquismo y condenada condenada a 6 años y un día de prisión por “Auxilio a la Rebelión”. Carmen Sanahuja Salazar, represaliada por el franquismo y condenada a 4 años de prisión. Asunción Adelantado Barriel, maestra en Quart de Poblet expedientada por la Comisión Depuradora franquista. María Cisneros Rico, maestra expedientada por la Comisión Depuradora franquista. Aurelia Cerdá Gil, detenida y encarcelada por el franquismo. Elena Ponce Honrubia, detenida y encausada por el franquismo. Dolores Torres Olmos, maestra en Quart de Poblet expedientada por la Comisión Depuradora franquista
Aunque una de mis mayores satisfacciones como historiador ha sido participar en los trabajos de la Comisión Municipal de Memoria Histórica, que en 2016 acordó con la unanimidad de todos los grupos políticos sustituir los nombres franquistas del callejero por el de mujeres elegidas en consulta popular, también los que refiero merecen ser conocidos, honrados y publicados.



Pedro Gascón
Historiador




En Memoria de Quart se hace público el conocimiento de la Historia bajo una particular perspectiva: la de las personas comunes en su ámbito local. En Memoria de Quart se hace público ese conocimiento pretendiendo de la Historia una función social: aportar elementos de juicio sobre el pasado, para mejor entendimiento del presente, y en consecuencia, razonada proactividad en relación al futuro.