03 mayo 2014

Dones de Quart represaliades pel franquisme.






“El historiador honrado no es el que pretende no tener ningún prejuicio,
sino el que dice a sus lectores cuál cree que es su prejuicio”
Arnold J. Toynbee.


Josefina García Gonzálvez, “la francesa”, era soltera, tenía por profesión “sus labores”, y era vecina de Quart, aunque había nacido en Sellent. Sus padres se llamaban Miguel y Josefina. En 1939 fue condenada a 30 años de prisión por “Auxilio a la Rebelión”. En 1940, estando recluida en la cárcel de mujeres de Santa Clara (Valencia) se le conmutó su pena inicial por la de 20 años y un día. Se le calificaba de comunista, y “se le supone enterada de la suerte que iba a correr Don Crescencio Rodilla, ya que dos días antes de su asesinato le dijo al pasar por su lado <<pocos días te quedan de pasar por aquí>>”.  Además, se le acusaba de que durante la guerra y “vestida de mono, frecuentaba el Comité de Defensa” de Quart.

Dolores Juan Torres, “la tía paternera”, nació en Paterna en 1907, estaba casada y era vecina de Quart de Poblet cuando en 1939 fue condenada, por “Auxilio a la Rebelión”, a 6 años y un día de prisión, que en 1940 se le redujo a 4 años. Se le acusaba de ser militante de Izquierda Republicana y de que “se le supone enterada..” de lo relativo al asesinato de Crescencio Rodilla.

Carmen Sanahuja Salazar, “la peixera”, nacida en 1903, era vecina de Quart de Poblet, y estaba casada. En 1939 fue condenada a 4 años de prisiónSe le consideraba socialista y al igual que Dolores Juan y Josefina García “se le supone enterada...” de lo relativo al asesinato de Crescencio Rodilla.

Estos son los primeros datos que he conocido de tres mujeres de Quart, que fueron víctimas de la represión franquista. No tenía constancia de su existencia y condena porque ninguna de ellas aparece citada como denunciada en la “Causa General, Ramo separado de Cuart de Poblet” que a manera de resumen del “terror rojo” instruyó la fiscalía en 1941. Tampoco hay referencia de ellas, pese a su condena, en el portal del Ministerio de Cultura que relaciona las víctimas de la Guerra Civil y represaliados del franquismo.

Ha sido en el Archivo General e Histórico de Defensa donde he localizado documentos relativos a su causa y condena. En el paseo Moret de Madrid se almacenan y custodian, aunque no con todos los medios que su trascendencia merece, centenares de miles de sumarios incoados por la Justicia Militar franquista contra oponentes políticos, muchos de ellos, según califica la “Estadística Criminal de Guerra” de 1961, “paisanos” sin vinculación militar. Una más de las muchas sinrazones jurídicas sobre las que se pretendió justificar la represión de los vencidos en la Guerra de España.
En ese archivo, y sólo del ámbito jurisdiccional del Tribunal Militar Territorial Primero (Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Valencia y parte de Murcia) se contabilizan más de cuatrocientos mil sumarios, de los cuales al menos 20 de ellos afectan a vecinos de Quart.
Concretamente, el sumario 2064 de 1939, encausa a 16 personas por el delito de “Adhesión a la rebelión”. Nueve de ellas fueron fusiladas. Ahora sabemos que también tres mujeres, vecinas de Quart, fueron encausadas y condenadas en ese sumario por los tribunales militares.

Ya conocen mi interés por la historia de las personas; especialmente por la de aquellas cuyo conocimiento proporciona utilidad social a esta ciencia. El pasado no puede cambiarse, pero su estudio aporta convencimientos para que la falta de democracia, y la violencia política que la sustenta, no puedan repetirse.

Ya conocen mis prejuicios contra el franquismo: son los declarados por la Asamblea General de la ONU en 1946:
“En origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini”.

Puede aceptarse el perdón, pero nunca el olvido.