21 mayo 2017

SOCIALISTAS DE QUART, PARTIDO Y DEMOCRACIA.




La organización de los injustamente desfavorecidos para defender sus intereses y derechos es consustancial a la historia de la humanidad. La manifestación del conflicto social que ello provoca puede retrotraerse a Espartaco y a la rebelión de los esclavos en época romana. Campesinos, artesanos, siervos y vasallos, en todos los tiempos y sistemas económicos, han protagonizado revueltas y revoluciones, que pese a las derrotas y cruentas represiones han permitido hoy derechos y libertades que fueron soñadas en el pasado. 

El modo de producción capitalista, el sistema económico en el que desde hace unos siglos nos procuramos el sustento, pese  al reciente reconocimiento de libertades políticas contiene clases sociales contrapuestas. Esta formulación filosófica y política, publicada por Marx y Engels en la segunda mitad del siglo XIX, que racionalizó análisis y propuestas hasta entonces consideradas utópicas, inspiró la organización de los partidos y sindicatos socialistas en Occidente.

En España, un grupo de obreros liderados por Pablo Iglesias fundaron en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (y en 1888 la Unión General de Trabajadores), convencidos de que siendo la sociedad injusta y desigual, y el sistema económico causa de la miseria, envilecimiento intelectual y dependencia política de unos y de los privilegios de otros, debía alcanzarse el poder político para poder transformar esa realidad en favor de una sociedad de individuos “iguales, honrados e inteligentes”. 

Ese partido creado para alcanzar el poder político era no obstante reflejo de la disparidad que entre marxistas y anarquistas ya se manifestaba en la llamada “Primera Internacional”.  La “Segunda Internacional”, creada en ese mismo siglo XIX por los socialistas sufrirá a su vez la escisión en 1919 de los comunistas de la “Tercera Internacional”, que al calor de la revolución bolchevique provocaran también en el PSOE un intenso debate, y el abandono de una parte de sus militantes en favor el minoritario Partido Comunista. Las divisiones y subdivisiones, teóricas y estratégicas, de las organizaciones en principio motivadas por un mismo fin será una constante histórica, tan evidente como los enfrentamientos y alianzas que casi al mismo tiempo se vivían. En 1938, como escisión de esa tercera se creará una “IV Internacional” seguidora de los postulados de Trotsky y opuesta al “Komintern” dominado por el estalinismo.



En Quart de Poblet, una pequeña localidad de la huerta valenciana, en el contexto de una España retrasada en lo económico, social y político, la organización socialista se constituye en 1923 gracias en buena parte al empuje de la emigración obrera que emplean las fábricas de azulejos, que a diferencia de los naturales no se benefician del comparativamente benigno reparto de la tierra que en Quart ha generado el transcurso histórico. 

La muerte de Pablo Iglesias en 1925 evidenciará disparidades y controversias entre líderes y estrategias, que por ejemplo enfrentarán a Largo Caballero, en cierta manera colaborador de la Dictadura de Primo de Rivera, con Prieto, contrario a la cohabitación. Durante la II República, y especialmente después del llamado “bienio negro” y la revolución de 1934 ambos líderes alteraran sus posiciones y apoyos. Dinámicas que a su vez modificaran apoyos y cargos después del golpe de estado del 18 de julio, y durante el transcurso de la guerra, tanto en el partido como en el sindicato.

De esa dinámica, inequívoco reflejo de la evidente pluralidad de una organización mayoritaria en la izquierda española del siglo XX, no fue ajena la Agrupación Socialista de Quart de Poblet, que como el resto de las constituidas en España ejerce el incuestionable derecho de participar en las decisiones del partido del que son parte y representan.

Hay por ejemplo constancia documental (en el archivo de la Fundación Pablo Iglesias) del debate y elección por la militancia de la Agrupación Socialista de Quart de los candidatos socialistas para las elecciones generales de febrero de 1936. También de los debates en la elección de la comisión ejecutiva, de las crisis, dimisiones y sustituciones de sus miembros, claro reflejo de la compleja dinámica provincial y estatal de la familia socialista en el partido y en el sindicato a partir de 1934.


El amplio espectro ideológico que ha caracterizado al Partido Socialista durante su dilatada historia, causa fundamental de su éxito político, ha generado en lógica consecuencia amplios debates, y en ocasiones traumas orgánicos tan significativos como el repudio a líderes históricos como Largo Caballero, o la expulsión de Negrín. En Quart de Poblet, José Guzmán Segarra, protagonista principal del socialismo local dimitió en 1937 de la alcaldía y de la representación de UGT. Ochenta años después los socialistas dirimen una vez más su futuro orgánico y político. Lo hacen democráticamente, de la manera que les es propia y ha garantizado el éxito de una herramienta política creada hace 138 años.