SEGUNDA PARTE
Olvido y memoria.
El último vecino de Quart de Poblet fusilado por el franquismo era comunista; fue juzgado por lo militar en los procedimientos 4156 de 1940 y 793 de 1941. Miguel Zahonero Sánchez fue acusado de ser miliciano voluntario; de exaltar en conversaciones públicas la causa roja; de insultar al Ejército Nacional o a sus Generales; de ser hombre de acción; de prestar servicios a las órdenes del Comité, Ayuntamiento o agrupaciones revolucionarias; de intervenir en la destrucción e incendio de imágenes y objetos sagrados; de detener y trasladar en un coche a una víctima de asesinato, Amadeo Albert, el 5 de septiembre de 1936 en Sedaví.
Miguel Zahonero Sánchez, alias “el churro”, o “el mano negra”, era militante del Partido Comunista antes del 18 de julio de 1936, aunque según documentación contenida en el sumario 4156 también había sido “afiliado a CNT e IR antes del Glorioso Movimiento Nacional”. Miguel fue cabo de milicias, miembro del Comité Ejecutivo del Radio Comunista de Quart y concejal por el PCE desde el 6 de noviembre de 1936 hasta el 11 de febrero de 1937.
Miguel había nacido en 1902, estaba casado con Amalia García y era pulidor de profesión; en 1936 estaba empleado en la fábrica de chapas “Franco Tormo” de Sedaví. Tenía su domicilio en el número 9 de la calle Pintor Ribera de Quart de Poblet.
La dramática secuencia final que acabó con la vida de Miguel se inició con la providencia del juez militar del diez de diciembre de 1942, que dando “por recibida la orden de ejecución de la sentencia de pena de muerte recaida en la presente causa contra Miguel Zahonero Sánchez” se remitía al Gobernador Militar para que se señalara lugar, dia y hora para la ejecución, así como fuerzas que tuvieran que practicarla.
Ni la declaración de su esposa, ni la de varios testigos(1), todas con fecha 9 de diciembre de 1942, impidieron el oficio del gobernador militar, que designaba el día 14 de diciembre y el campo de tiro de Paterna, para “la ejecución del encartado en esta causa”.
En la cárcel Modelo de Valencia, a las seis y media de la mañana del día 14 de diciembre de 1942, ante el juez militar y el Secretario compareció el recluso Miguel Zahonero Sánchez, al que se le notificó la ejecución de la sentencia, “quedando enterado y notificado negándose a firmar y haciéndolo en su lugar el Sr. Juez Adjunto”. A las siete y media de la mañana se firmaba la “diligencia de haberse ejecutado la sentencia” y la certificación médica de la defunción de Miguel Zahonero Sánchez.
A finales de 1942 la España de Franco, Franco, Franco, declarada “no beligerante” y germanófila, ya había fusilado varios miles de personas en Paterna; la llamada División Azul seguía combatiendo en la URSS, aunque desde noviembre la contraofensiva del Ejército Rojo había embolsado al 6º Ejército Alemán en Stalingrado, anticipando el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial a favor de los Aliados. En ese tiempo era ministro de Justicia el carlista Esteban Bilbao Eguia.
El ministro de Justicia en 1942, Esteban Bilbao, tiene calle dedicada en Quart de Poblet. |
En el año 2008, al calor de la llamada “Ley de Memoria Histórica”, impulsada por el Gobierno de Rodriguez Zapatero, la Agrupación Socialista de Quart de Poblet organizó un homenaje a los fusilados por la democracia y la libertad: “13 hómens bons”, entre ellos el comunista Miguel Zahonero Sánchez.
(1). El testigo José Martínez declaró el 9 de diciembre de 1942 que no podía “decir ni asegurar que Miguel Zahonero haya sido el autor de la muerte de Amadeo Albert”; Regina Ruiz, en la misma fecha afirmaba ante la Alcaldía Nacional de Sedaví “que si en anteriores declaraciones ha hecho constar que Miguel Zahonero era el autor del asesinato de Amadeo Albert, fue debido a que me informó el vecino de este pueblo José Martinez, que lo había visto a la entrada de la carretera de este pueblo”; Pedro de Gracia, testigo de los hechos, declaró también el 9 de diciembre de 1942, sobre la autoría del asesinato “que cuando me tomaron declaración en la Comisaría de Valencia que si conocía a Miguel Zahonero, yo les contesté que no, trasladándome a la Cárcel Modelo, pasando unos cuantos presos en la rueda y entonces les dije que no estaba en la rueda y que no le conocía”.